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MAMÁ MIRA COMO SALTO




Pareciera que está de moda, decir ¡TU HIJO TIENE HIPERACTIVIDAD¡ cuidado con las etiquetas,es frecuente encontrar estas características de falta de atención, actividad excesiva o impulsividad en conductas propias de la infancia, puesto que es natural que los niños estén muy activos, presten poca atención, escuchen poco… Pero es importante diferenciar entre un comportamiento “normal” y uno que no lo es.


El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es el término por el cual se denomina al síndrome caracterizado por 3 síntomas nucleares: la inatención, la hiperactividad y la impulsividad. Fue el pediatra inglés Still, en 1902, quien dio la primera descripción de conductas impulsivas y agresivas, falta de atención y problemas conductuales, a los que eran considerados como niños "distintos", incontrolables, problemáticos


Este trastorno neurobiológico, que aqueja tanto a adultos como a niños, es descrito como un patrón persistente o continuo de inatención y/o hiperactividad e impulsividad que impide las actividades diarias o el desarrollo típico. Los afectados suelen experimentar dificultades para mantener la atención, la función ejecutiva y la memoria de trabajo, y pueden corresponder a 3 tipos distintos de TDAH:

• Inatento

• Hiperactivo-impulsivo

• Inatento e hiperactivo-impulsivo combinado


¿Cómo se realiza el diagnóstico?.


En principio es importante subrayar que actualmente no existe una prueba única que diagnostique un TDAH. Para obtener un buen diagnóstico se debe realizar una exploración exhaustiva con pruebas médicas y clínicas.

Las pruebas médicas se deben realizar para descartar otras patologías: Analíticas de sangre y orina, Medida de la tensión arterial, pruebas de audición y visión, etc. Además los profesionales de Neuropediatría y Neurología suelen pedir un encefalograma y/o escáner cerebral, no como pruebas determinantes de diagnóstico de TDAH, sino para descartar otras posibles patologías como ausencias, epilepsia, etc.

La evaluación del TDAH es clínica, es decir, se fundamenta en la identificación de los síntomas. Estos síntomas deben estar presentes en varios ambientes habituales, por lo general casa y escuela. Cuando el profesional inicia el proceso de evaluación busca identificar la frecuencia e intensidad de los síntomas, así como la repercusión que estos generan en el ambiente en varios niveles:

• Social

• Comportamental

• Emocional

• Aprendizaje

Es necesario que exista una cronicidad superior a 6 meses, y una identificación de los síntomas en los primeros años de vida, aunque quizá estos han tenido repercusión más adelante.

Es importante tener en cuenta que el TDA-H es un trastorno muy comórbido, es decir, varias patologías conviven en el mismo paciente y por ello siempre es importante tenerlas en cuenta de cara a la evaluación.

Cuando se inicia una evaluación se realizan diferentes estudios neuropsicológicos: Una evaluación clínica de los síntomas, valorando su intensidad y repercusión en los diferentes ambientes y ámbitos de desarrollo. Por otro lado, evaluar el CI para valorar las capacidades cognitivas del niño respecto a las medias de las funciones ejecutivas tales como memoria de trabajo o velocidad de procesamiento.


Fuente Barkley, R.A. Attention-Deficit Hyperactivity Disorder: A Handbook for Diagnosis and Treatment. New York: Guilford


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